Malgosia Jankowska, originaria de Polonia, vive y trabaja actualmente en Berlín. Su trabajo, realizado con una técnica impecable, transporta al espectador a un mundo donde la naturaleza y el hombre conviven en armonía.
Las líneas de filigrana, junto con los tonos suavizados -a veces restringidos a un solo color sobre fondo blanco- recuerdan a los grabados de los viejos libros de cuentos. De hecho, las escenas a las que nos invitan los cuadros de Malgosia son como un cuento de hadas. En sentido literal, la palabra “fantástico” es también muy simbólica del repertorio que Jankowska recorre en su mundo pintado y se ha convertido en una característica sucinta de su arte: Los niños en el bosque, los lobos o las colosales setas no son sólo imágenes visuales de una realidad prestada a la manera de los hermanos Grimm.
No obstante, en la mayoría de sus obras esa calma que transmite el entorno parece estar amenazada por la aparición de insectos y serpientes realizados a escala mayor. Según la artista, representan el peligro constante que amenaza la paz, poniendo en evidencia el frágil equilibrio de nuestra humanidad.
En el polo opuesto, los niños representan la parte mas inocente e ingenua de la civilización, la esperanza en un mundo mejor.