Hasta donde sé
11.02.2021 - 17.04.2021
Javier Ruiz
La expresión italiana “se non é vero, é ben trovato” parece referirse a la obra de Javier Ruiz. Si este paisaje no es cierto, está bien hallado. De repente, un lugar hasta ahora desconocido, una situación hasta ahora inimaginada, se presenta al público como el reflejo de un recuerdo.
Para Javier la pintura no es simplemente un medio, sino parte del fin. Una vez dentro de ella, algo que parecía estar dormido desde hacía un tiempo reaparece con la fuerza de la memoria al óleo. El imaginario de Javier Ruiz parte de algún lugar o momento interno pero inconsciente o, más bien, silencioso. Las imágenes surgen de la paradoja: del desconocimiento se genera un lenguaje propio en el que Javier se sincera consigo. Por ello, su obra oscila entre la verdad y la mentira. Mientras pinta se plantea: “Quizá detrás de todo esto, no haya nada más que vacío”. Sin embargo su obra funciona como un ejercicio de autoexploración, por lo que sería uno de estos vacíos que llenan.
Figuras sin rostro, personas fuera de su contexto, paisajes que parecen ensoñaciones… ¿Es que los personajes se enfrentan a la indefinición o conviven con ella? En el momento de creación, Javier no es plenamente consciente de lo que hace o representa. Esto genera un espacio inesperado en el espectador, un espacio guardado a la imaginación de quien contempla. Según el artista, “encontrarse en la total ambigüedad, es a veces la única forma que tenemos de elegir con libertad qué opción queremos tomar. Una total sinceridad con uno mismo”.
‘Hasta donde sé‘ da título a la primera exposición individual del artista andaluz en la Galería Victor Lope. En general, todos los títulos de sus pinturas describen lo que está pasando en ellas. ‘Hasta donde sé’ las engloba a todas, expresada en primera persona como si éste pensara en alto. Javier capta su atención en las pequeñas historias cotidianas que nos suceden pero que a veces son imperceptibles. Se podría decir que Javier es el narrador de las finuras diarias. Lo cotidiano se sublima y el detalle reina entre los tonos mostaza y azul de los paisajes sin nombre.
María Valcárcel