El orden de los días
29.11.2018 - 26.01.2019
Concha Martínez Barreto
El orden de los días es una muestra de la obra más reciente de la artista española Concha Martínez Barreto (Murcia, 1978). Una exposición multidisciplinar en la que, mediante distintos soportes y técnicas, la artista nos llevará a través de la memoria, ese frágil pero intenso lugar donde almacenamos nuestra vida y la de los demás.
La memoria nos permite almacenar, pero también recuperar momentos. Sin ser completamente fieles a lo que realmente sucedió, nos moldean y definen con el tiempo. La artista reflexiona sobre la fragilidad del recuerdo, lo difícil que es preservarlo y en consecuencia lo fácil que es distorsionarlo. Obras como la serie S/T ejemplifican con maestría técnica esta idea por medio de recuerdos prestados.
Otro de los temas recurrentes en la obra de Martínez Barreto, es ese todopoderoso tiempo que todo lo corrompe. Todo lo destruye, pero a su vez, todo lo crea. El ser humano tiene a menudo la necesidad de dejar rastro de su paso por la vida. Es una necesidad mayoritariamente frustrada por el olvido de los que nos podrían recordar, los que nos rodean. La artista estudia el paso del tiempo y como el olvido marca el final de ese intento fallido de persistir.
Cada una de las obras esconde una historia que trasciende por su carácter y calidad técnica. La artista nos cuenta cómo surge cada pieza, qué concepto se esconde detrás de cada formato escogido a fin de que el espectador juzgue e interprete el soporte que materializa cada creación, desde soportes tradicionales como el lienzo o el papel, hasta el uso de la tecnología en piezas como Birds (pájaros), un neón que se enciende o se apaga en función de la proximidad del espectador, o Shipwreck (naufragio), las maquetas deterioradas de unos barcos que la artista pone de nuevo a navegar dentro de unas urnas de metacrilato.
Las obras que se podrán ver en la muestra hacen reflexionar sobre el enigmático valor del tiempo, como las líneas divisorias entre lo que fue, es y será que se difuminan a pesar de nuestro esfuerzo en intentar ordenarlas, de eso habla El orden de los días.