Franco Fasoli
Buenos Aires, Argentina, 1981
Desde pinturas de gran formato en el espacio público hasta pequeñas obras en bronce o papel, se puede observar que la oscilación de contextos y recursos son los nutrientes que alimentan la obra de Franco Fasoli. A través de la exporación materal e intelectual, construye imágenes de las vívidas contradicciones de las sociedades latinoamericanas, sus rituales y su aparentemente perenne inestabilidad.
Más sobre el artista
Franco Fasoli, quien también responde al nombre de “Jaz”, nacido en Buenos Aires en 1981 y actualmente reside en Barcelona. Además de su obra como pintor, es también escenógrafo y muralista.
El arte de Fasoli está influenciado tanto por los estudios de cerámica realizados a lo largo de su trayectoria como por su trabajo en la calle como lienzo a finales de los 90. Tigres, gatos e incluso cruces entre humano y animal parecen salpicar los grafitis de Fasoli desde su juventud en las calles de Buenos Aires. Es a finales de la década pasada, hacia 2010, cuando encontramos una superación de esa primera etapa con materiales poco convencionales y técnicas fuera del circuito hegemónico oficial. En ese momento, deja atrás el graffiti tradicional para reversionarse en el campo de la pintura. Así, una de las características principales de su trabajo es la exploración, tanto a nivel material como de escala.
La tensión entre la cultura dominante global y las sub-culturas como espacio de resistencia, han sido materia de estudio a nivel conceptual. Verdaderamente, ha sido algo muy presente en el propio accionar a lo largo de su carrera. Las múltiples formas de identidad, tanto individual como colectiva, son la columna vertebral de esta influencia sociológica del artista. Representado a través del conflicto, el enfrentamiento y la yuxtaposición discursiva, Fasoli no pretende responder a la incógnita, sino más bien rediseñar el planteo constantemente, cuestionar al cuestionamiento y volverse a cuestionar a él mismo.