En primer lugar, la obra de Kepa Garraza reflexiona acerca de la naturaleza de las imágenes que consumimos a diario. Así, su obra cuestiona los discursos oficiales, y pone en tela de juicio los procesos de legitimación institucional. De esta manera, la reflexión planteada bebe de su interés en los procesos de construcción del relato histórico. Así pues, Kepa invita al espectador a cuestionar la información obtenida de los medios de comunicación oficiales.
Seguidamente, su reinterpretación de la realidad es siempre ambigua y confusa. Está llena de sutilezas y zonas grises que invitan al espectador a repensar el relato histórico y la crónica de la realidad. Además, la mirada irónica y ácida del artista ofrece alternativas a la realidad que conocemos y nos propone un ejercicio saludable: dudar siempre de la versión oficial.