Patrik Grijalvo (Bilbao, 1984) da un paso más en su proceso de esculpir la fotografía iniciado hace muchos años (2010) con una serie bajo el nombre “La fotografía como objeto”. Ya sea que quisiera desarrollar en ese momento una aproximación a “Gravitaciones” de Eduardo Chillida o a los estudios de fotografía cortada de Jerry McMillan (con su famosa pregunta “¿Es necesario que una fotografía sea plana?”), pero con la distinción de que La materia prima donde la fotografía de arquitectura es realizada por él mismo, ahora va más allá de la imagen representada para utilizarla como esquemas de color. Esto ya fue en su última serie “Manzanas podridas” (que se exhibirá el próximo abril de 2017 en el Museo Guggenheim de Bilbao), en la que si nos acercamos a la obra se puede apreciar que lo que aparentemente eran manchas negras planas donde entramado vegetal. Ahora, en “Gravitación Visual”, pasa lo mismo. Aquí las materias primas se manipulan de tal manera que queda un mínimo indicio de lo que retrataban estas fotografías primitivas y el registro de la obra se acerca a lo escultórico, dejando casi al espectador sin argumentos para hablar de la fotografía adecuada.