Léo Dorfner
Paris, 1985
Las obras de Léo Dorfner actúan como una cristalización del presente. Vivimos en una sociedad que se balancea entre la fina línea del progreso y la tradición, y así mismo lo hace Dorfner; su obra junta el pasado y el presente de forma humorística y, a menudo, corrosiva.
Más sobre el artista
Léo Dorfner ofrece una lectura punk que perturba las interpretaciones demasiado púdicas.
Su reapropiación de representaciones mediáticas, iconos publicitarios, retazos de la vida cotidiana y memes visuales, crea una mitología rock de lo contemporáneo tan incrédula como indisciplinada. Tomando prestado y citando, ordenando y marcando, da forma a narrativas fragmentadas, a menudo absurdas y anacrónicas, en las que PJ Harvey comenta : “La historia del arte, las estatuas griegas opinan sobre debates sociales y pin-ups de revistas exhiben orgullosas sus tatuajes.”
Con un verdadero potencial crítico, sus movimientos nunca sacrifican el interés estético del dibujo. A pesar de la impertinencia de sus temas, su obra tiene una innegable dimensión poética. La misma se basa en el gusto por la experimentación gráfica y el cuidado de la composición. Ambas se encuentran en el corazón de un juego plástico entre la textura del papel, la calidad de la línea, el matiz de los colores y el posible uso del color, los matices de los colores y las posibles leyendas que los ilustran. Las historias urbanas a las que nos invita, revelan la impertinencia de su visión y la capacidad de las imágenes superpuestas para tener sentido, contra toda lógica.