Alfredo Chamal explora con un lenguaje hiperrealista temas de su propia cotidianidad, anécdotas que resaltan la búsqueda y rescate de la femineidad a través de personajes y objetos que interactúan para formar composiciones extrañas, a través de dibujos de tinte surrealista realizados con bolígrafo. La pulcritud de la técnica y el uso de una herramienta poco común en las artes plásticas, pero cotidiana para el público general, son el medio conector con la mirada del espectador. Mujer Pompeya azul (2022) resulta un claro ejemplo de ello.
Sus últimos trabajos exploran su propia feminidad, utilizando un maniquí como metáfora que protagoniza sus dibujos. Las obras se inspiran en fotografías que él mismo captura. Intimas, intrigantes y accidentales, las imágenes son el trabajo previo a sus creaciones que invitan a la contemplación de los trazos y de la espontánea armonía que hay en ellas. Impregnados con un virtuoso mimetismo, sus dibujos crean un diálogo con el espectador.
Alfredo Chamal se centra en la gente en su entorno inmediato, su interés principal es el retrato cotidiano que presenta una experiencia congelada que provoca un más íntimo diálogo. Por ello, en muchas de sus obras, como Mujer Pompeya azul (2022), retrata amigos y conocidos. En palabras del propio artista: “El arte para mí siempre fue algo tan cotidiano que desde niño he utilizado las herramientas que tengo a mi alcance para crear y eso se liga mucho en concepto con mi obra actual.”