Gravitar, del latín gravitas (“peso”), es un verbo que nos remite siempre a una forma tridimensional, a la atracción e influencia que un cuerpo ejerce sobre otro. No obstante, en la obra de Patrik Grijalvo asistimos a un juego de gravitación cuyos protagonistas poseen, curiosamente, una naturaleza bidimensional. Fragmentos de fotografías que quedan suspendidos unos sobre otros y coquetean, a partir del vacío que habita la obra, con los límites del lenguaje escultórico. En Gravitación Visual la frontera entre fotografía y escultura se desdibuja, y genera un diálogo entre ambas disciplinas a partir de un tercer lenguaje artístico: la arquitectura.

Los títulos de las obras decodifican las familiares arquitecturas que los ojos del espectador, en un primer momento, fallan en identificar. Siempre partiendo de la fotografía arquitectónica como base de su creación artística, en la siguiente muestra Grijalvo da un paso más en su investigación y centra su práctica en la deconstrucción del concepto de museo. Esta deconstrucción buscada, fruto de la voluntad de dificultar la identificación de la obra, responde a un ejercicio de apropiación del museo, de su arquitectura y del autor de esta. Patrik Grijalvo se cuestiona así los límites del museo, tanto como contenido como continente, en unas creaciones que devienen atemporales, como las inmutables edificaciones de las que nacen.

Siendo él natural de Bilbao y, por lo tanto, testigo de la transformación que sufrió la ciudad a raíz de la construcción del Guggenheim, es conocedor de primera mano de la tensión que puede llegar a generarse entre arte y arquitectura. Una tensión con la que infiltra sus obras más recientes y de la que se vale para replantear y explorar el concepto museo. Asistimos así, a una deconstrucción del museo que no solo fragmenta sus formas y las reformula, sino que trasciende al plano conceptual y explora el futuro de dichas instituciones. ¿Cómo condiciona la arquitectura de un museo a las obras que hallamos dentro de él? ¿Cuál es el interés de dicha institución hacia el espectador?

Alba Alarcos Veiga