Limonada, Bitte
22.06.2021 - 11.09.2021
“Limonada, Bitte” es el título que Sergio Femar da a su exposición en la galería Víctor Lope de Barcelona. Conociendo a Sergio, puedo permitirme interpretar que el original título es la asunción de un existencialismo inexcusable en los tiempos que corren; más, si cabe, para un artista de 31 años. A Sergio, el extraño 2020 le proporcionó la oportunidad de vivir una productiva residencia artística en Berlín y aquí está la limonada… Pero es también su condición creativa: de la realidad a su esencia artística, pasando por la pintura. Más limonada, por favor.
Puede que esta pintura parta del informalismo, esa forma artística tan universalmente teorizada y aclamada en diferentes épocas y tan denostada en otras por su indeterminación. Puede generar muestras autorreferenciales, válidas sin duda, pero siempre mendigando una explicación, buscando su determinación.
Sin embargo en esta exposición, la obra de Femar encuentra la organización bien estructurada mediante algunos principios ordenadores anclados en su experiencia vivida y plasmada en los últimos años. Ya se van viendo las leyes que ordenan su obra alejándolo del informalismo. Ya permea la sintaxis. Siempre hubo un orden en sus piezas, pero entre una variada complejidad que en esta exposición se reduce notablemente, dando paso a formas más evidentes de orden.
El principio de selección de este artista se realiza desde el color. A partir de este elemento vertebrador, las piezas se extienden sobre las superficies en composiciones por encima de todo, como las realizadas en algunos momentos del expresionismo abstracto. En esta exposición celebramos la aparición de grandes zonas de color puro en composiciones de contornos fluidos que incluyen la curva para dar mayor dinamismo. Esas zonas se combinan con sutiles transiciones cromáticas.
Las zonas cromáticas poderosas fuerzan al artista a una ampliación de sus formatos. Y es de esperar que su obra continúe por esos derroteros porque ya se percibe aquí una saludable creación de atmósferas que envuelven al espectador. Nos acercamos a una pintura ambiental, inmersos entre las cuatro paredes de la galería, lo que incorpora una experiencia espacial a la fuerza del color. El resultado entre estas paredes es sorprendentemente enérgico, porque eso es el color en Sergio Femar: un estado energético más que una manifestación concreta. Fin de la pintura “de caballete” para un artista que avanza claramente a un espacialismo que exige la tercera dimensión.
Limonada, porque la poética y la práctica de esta apertura en la obra de Sergio Femar vienen dadas por el desarrollo del arte bajo las actuales condiciones de producción. Un sistema económico que devora materiales, tritura objetos y condena a la obsolescencia temprana a toda forma existente, forzando a la reconsideración de la relación entre arte y materia, entre forma y técnica. Así, sin mensajes, sin conceptos ya manidos en los medios de comunicación: como práctica artística de quien trata de abrirse camino entre obviedades cada vez menos operativas. Frente al idealismo de su informalismo anterior, Sergio Femar evoluciona hacia un evidente compromiso del arte con su entorno. Véase la elección de materiales y su re-integración en el arte.
Pintura, escultura, instalación… digamos que Limonada, Bitte apunta retrospectivamente hacia un estructurismo muy actual en su exploración de la organización visual y táctica del color, la forma y el espacio, en coherencia con la diversa proveniencia de los materiales empleados. La abstracción de Sergio Femar confiere a sus obras un valor de realidad: lo que hay es lo que se ve.
Paco de Blas