Tomàs Morell
Barcelona, 1964
Cada personaje de Morell es una figura cargada de narrativas propias, atrapada en un vaivén de influencias y referencias que reafirman su identidad fluida y su resistencia a ser clasificado. Sus pinturas son una exploración de lo que significa ser “uno mismo” en un mundo que insiste en definirnos, una invitación a romper con las normas y a permitir que la identidad se despliegue sin límites ni fronteras.
Más sobre el artista
Tomàs Morell explora los márgenes de la identidad de género con una irreverencia pictórica que desafía convenciones. Sus personajes son representaciones híbridas de lo masculino y lo femenino, figuras que existen en un espacio sin etiquetas y que se relacionan con referentes del arte clásico como Picasso y Grosz. En cada obra, Morell establece un diálogo con la historia del arte, pero lo hace desde una perspectiva subversiva, construyendo personajes que parecen desafiar cualquier intento de encasillamiento.